«La gente que sabe entender reconoce que mis palabras son justas y verdaderas. No busquen las riquezas, mejor busquen mis enseñanzas y adquieran mis conocimientos, pues son más valiosos que el oro y la plata. ¡Los más ricos tesoros no se comparan conmigo! Proverbios 8.9-11, TLA

jueves, 24 de julio de 2014

DIA 247 - Santiago 1:19-2:13

Obediencia al mensaje de Dios

19 Mis queridos hermanos, pongan atención a esto que les voy a decir: todos deben estar siempre dispuestos a escuchar a los demás, pero no dispuestos a enojarse y hablar mucho. 20 Porque la gente violenta no puede hacer lo que Dios quiere. 21 Por eso, dejen de hacer lo malo, pues ya hay mucha maldad en el mundo. Hacer lo malo es como andar vestido con ropa sucia. Más bien, reciban con humildad el mensaje que Dios les ha dado. Ese mensaje tiene poder para salvarlos.

22-24 ¡Obedezcan el mensaje de Dios! Si lo escuchan, pero no lo obedecen, se engañan a ustedes mismos y les pasará lo mismo que a quien se mira en un espejo: tan pronto como se va, se olvida de cómo era. 25 Por el contrario, si ustedes ponen toda su atención en la palabra de Dios, y la obedecen siempre, serán felices en todo lo que hagan. Porque la palabra de Dios es perfecta y los libera del pecado.

26 Si alguien se cree muy santo y no cuida sus palabras, se engaña a sí mismo y de nada le sirve tanta religiosidad. 27 Creer en Dios el Padre es agradarlo y hacer el bien, ayudar a las viudas y a los huérfanos cuando sufren, y no dejarse vencer por la maldad del mundo.

¡No tengan favoritos!

2 Hermanos míos, ustedes han confiado en nuestro poderoso Señor Jesucristo, así que no deben tratar a unas personas mejor que a otras. 2 Imagínense que un rico, vestido con ropa muy fina y con un anillo de oro, entra en donde ustedes se reúnen, y que al mismo tiempo entra un pobre, vestido con ropa muy gastada. 3 Si ustedes atienden mejor al rico y le dicen: «Ven, siéntate en el mejor lugar», pero al pobre le dicen: «Quédate allí de pie», o «Siéntate en el suelo», 4 serán como los malos jueces, que favorecen a unos más que a otros.

5 Escúchenme bien, hermanos queridos: Dios eligió a la gente pobre de este mundo para que la confianza en Dios sea su verdadera riqueza, y para que reciban el reino que él ha prometido a los que lo aman. 6 ¿Cómo se atreven ustedes a maltratar y despreciar a los pobres? ¿Acaso no son los ricos quienes los maltratan a ustedes y los meten en la cárcel? 7 ¿Acaso no son los ricos los que insultan a nuestro Señor?

8 Si ustedes obedecen el mandamiento más importante que Dios nos ha dado, harán muy bien. Ese mandamiento dice: «Recuerden que cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo.» 9 Pero si ustedes les dan más importancia a unas personas, y las tratan mejor que a otras, están pecando y desobedeciendo la ley de Dios.

10 Si ustedes obedecen todas las leyes, menos una de ellas, es lo mismo que si desobedecieran todas. 11 Porque el mismo Dios que dijo: «No sean infieles en su matrimonio», también dijo: «No maten». Por eso, si tú eres fiel en el matrimonio, pero matas, eres culpable de haber desobedecido la ley de Dios.

12 En el día del juicio, Dios nos juzgará de acuerdo con la ley que nos libera del pecado. Por eso, debemos tener mucho cuidado en todo lo que hacemos y decimos. 13 Porque Dios no tendrá compasión de quienes no se compadecieron de otros. Pero los que tuvieron compasión de otros, saldrán bien del juicio.

Traducción en lenguaje actual (TLA)
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