«La gente que sabe entender reconoce que mis palabras son justas y verdaderas. No busquen las riquezas, mejor busquen mis enseñanzas y adquieran mis conocimientos, pues son más valiosos que el oro y la plata. ¡Los más ricos tesoros no se comparan conmigo! Proverbios 8.9-11, TLA

lunes, 31 de marzo de 2014

DIA 138 Deuteronomio 28:1-14

Bendiciones para los obedientes

28 Moisés continuó diciendo:

«Si ustedes obedecen todos los mandamientos de Dios que hoy les he dado, serán su pueblo favorito en toda la tierra, 2 y recibirán siempre estas bendiciones:

3 »Dios los bendecirá dondequiera que vivan, sea en el campo o en la ciudad.

4 »Dios bendecirá a sus hijos, y a sus cosechas y ganados.

5-8 »Dios los bendecirá en sus hogares, en sus viajes, y en todo lo que hagan. Siempre serán muy felices en el país que Dios les dará. Nunca les faltarán alimentos y siempre tendrán pan en la mesa.

»Dios les dará a ustedes la victoria sobre sus enemigos. Podrán venir contra ustedes ejércitos en orden de batalla, pero tendrán que huir en completo desorden.

9 »Si obedecen a Dios en todo, él cumplirá su promesa y ustedes serán su pueblo especial. 10 Entonces todos los pueblos verán que ustedes son el pueblo de Dios, y les tendrán miedo.

11 »Cuando ya estén ustedes en la tierra que Dios prometió dar a sus antepasados, él los tratará con bondad. Les permitirá tener muchos hijos, y hará que sus ganados se multipliquen.

»Todo lo que ustedes siembren producirá abundantes cosechas, 12 pues Dios abrirá los cielos, donde guarda la lluvia, y regará los sembrados de ustedes. En todo lo que ustedes hagan, siempre les irá bien. Nunca tendrán que pedir prestado nada; al contrario, ustedes tendrán de sobra para prestarles a otros países.

13-14 »Si ustedes obedecen los mandamientos de Dios y nunca lo desobedecen ni adoran a dioses falsos, siempre serán el país más importante del mundo.

Traducción en lenguaje actual (TLA)
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domingo, 30 de marzo de 2014

DIA 137 Deuteronomio 8:1-20

Dios cuidará de su pueblo

8 Moisés continuó diciendo:

«Tengan cuidado de cumplir con todos los mandamientos que en este día les doy, para que puedan vivir en la tierra que Dios había prometido a sus antepasados. Si los cumplen, serán los dueños de esa tierra y tendrán muchos hijos.

2 »No se olviden jamás de lo que han vivido desde que salieron de Egipto hasta llegar a este lugar. Durante estos cuarenta años Dios los ha hecho sufrir, para saber si ustedes son sinceros y desean obedecerlo. 3 Los ha hecho pasar hambre, pero les ha dado a comer pan del cielo, un alimento que ni ustedes ni sus antepasados conocieron. Con esto Dios quiso enseñarles que, aunque les falte el alimento, pueden confiar en sus promesas y en su palabra, y tener vida. 4 Durante cuarenta años han estado caminando; sin embargo, jamás sus ropas se envejecieron ni sus pies se hincharon.

5 »Si Dios los disciplinó, reconozcan que lo hizo porque los ama, como un padre a su hijo. 6 Por lo tanto, trátenlo con respeto y obedezcan todos sus mandamientos.

7 »Miren que Dios les está dando una tierra excelente, llena de arroyos, fuentes y manantiales que brotan de los valles y las montañas. 8 Esa tierra produce trigo, cebada, higos, uvas, granados y aceitunas, y hay también mucho aceite y mucha miel. 9 Allí nunca les faltará de comer, ni nada que puedan necesitar. De sus montañas sacarán cobre, y de sus piedras sacarán hierro. 10 Pero una vez que hayan comido y queden satisfechos, no se olviden de dar gracias a Dios por tan excelente tierra.

No se olviden de su Dios

11 »No se olviden de su Dios. Obedezcan todos sus mandamientos que en este día les doy. 12-14 Es fácil olvidarse de Dios cuando todo marcha bien, cuando uno está lleno y tiene de comer, cuando tiene una buena casa y mucho ganado, oro y plata. Cuando la gente tiene más y más, se vuelve orgullosa y se olvida de Dios. Por eso, ¡tengan cuidado! No se olviden de que Dios los sacó de Egipto, donde eran esclavos, 15 y que los guió por un grande y terrible desierto, lleno de serpientes venenosas y de escorpiones, y que nada les pasó. No olviden cómo sacó agua de una roca, cuando se morían de sed y no tenían nada que beber. 16 No olviden tampoco que en pleno desierto les dio de comer pan del cielo, un alimento que sus antepasados no conocieron.

»Tengan presente que Dios les envió todas esas pruebas para bien de ustedes. 17 Si olvidan esto, tal vez lleguen a pensar que todo lo que tienen y disfrutan lo han conseguido con su propio esfuerzo. 18 Más bien, deben recordar que fue Dios quien les dio todo eso, y que lo hizo para cumplir su promesa a nuestros antepasados.

19 »Yo les aseguro que si ustedes se olvidan de Dios, morirán. 20 Si son desobedientes, Dios los destruirá, así como va a destruir a los pueblos que ustedes enfrenten».

Traducción en lenguaje actual (TLA)
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sábado, 29 de marzo de 2014

DIA 136 Números 9:1-23

La fiesta de la Pascua

9 Había pasado un año desde que los israelitas habían salido de Egipto cuando Dios le habló a Moisés en el desierto del Sinaí. Dios le dijo: 2-3 «Los israelitas deben celebrar la fiesta de la Pascua en la tarde del día catorce del mes de Abib,[a] tal y como yo les enseñé».

4 Moisés mandó a los israelitas que celebraran la fiesta de la Pascua. 5 Y ellos la celebraron en el desierto de Sinaí ese día catorce al atardecer, tal y como Dios lo había mandado por medio de Moisés.

6 Sin embargo, algunos israelitas habían tocado un cadáver, y la ley no les permitía estar en la fiesta ese día. Entonces fueron a ver a Moisés y a Aarón, 7 y les dijeron:
—Nosotros tocamos un cadáver, y queremos saber si podemos presentar nuestra ofrenda a Dios como los demás israelitas.

8 Moisés les contestó:
—Espérenme. Voy a preguntarle a Dios lo que deben hacer.

9 Y Dios le dijo a Moisés:
10 «Diles a los israelitas que todos deben celebrar la fiesta de la Pascua. Si alguien ha tocado un cadáver, o está de viaje, 11-12 debe celebrar la fiesta en la tarde del día catorce del mes de Ziv.[b] Y la celebrará así: comerá el cordero con hierbas amargas y pan sin levadura. No le quebrará ningún hueso al cordero, ni guardará nada de comida para el otro día.

13 »Pero la persona que sin razón alguna no celebre la fiesta de la Pascua ni presente su ofrenda en ese día, será castigada. No la dejarán vivir entre ustedes, sino que tendrán que eliminarla.

14 Si entre ustedes viven extranjeros, también ellos celebrarán la fiesta de la Pascua, tal y como a ustedes se les ha ordenado. La misma ley vale para todos».

Dios guía a su pueblo

15 El día que se armó el santuario del pacto, vino una nube y lo cubrió. Cuando cayó la noche, apareció sobre el santuario un fuego, pero al amanecer desapareció. 16 Y así sucedía siempre: durante el día lo cubría una nube, pero en la noche lo iluminaba una especie de fuego.

17-23 Dios les indicaba a los israelitas cuándo debían ponerse en marcha y cuándo debían acampar. Lo hacía de la siguiente manera: cuando la nube se elevaba y empezaba a moverse, los israelitas se levantaban y la seguían; cuando se detenía, también se detenían los israelitas. Plantaban su campamento y se quedaban allí todo el tiempo que la nube permanecía sobre el santuario.

A veces la nube se detenía sólo una noche; a veces unos días, a veces un mes, y en ocasiones hasta un año. Cuando la nube se detenía mucho tiempo, los israelitas obedecían y no se movían de allí. No importaba si era de día o de noche, cuando la nube se movía, los israelitas la seguían; cuando se detenía, el pueblo también se detenía y se ocupaba del culto a Dios.

Así era como Dios les daba órdenes a los israelitas por medio de Moisés, y ellos lo obedecían.

Footnotes:
a.Números 9:2 Abib: Primer mes del calendario lunar judío. En nuestro calendario solar corresponde al período que va de mediados de marzo a mediados de abril.
b.Números 9:11 Ziv: Segundo mes del calendario lunar judío. En nuestro calendario solar corresponde al período que va de mediados de abril a mediados de mayo.

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viernes, 28 de marzo de 2014

DIA 135 Éxodo 14:26-15:27

26 Pero Dios le dijo a Moisés: «Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua se vuelva a juntar y cubra a los egipcios y a sus carros».

27 Moisés lo hizo así, y al amanecer el mar se volvió a juntar como antes. Los egipcios trataron de escapar, pero no pudieron hacerlo, porque Dios cubrió con el mar 28 a todo el ejército egipcio y a sus carros de guerra. ¡Ni un solo soldado egipcio quedó con vida! 29 En cambio, los israelitas cruzaron el mar sobre tierra seca, pues el agua formaba dos grandes paredes, una a la derecha y otra a la izquierda.

30 Así fue como aquel día Dios libró a los israelitas. Todos ellos pudieron ver los cuerpos muertos de los egipcios, tendidos a la orilla del mar. 31 Al ver que Dios había derrotado a los egipcios con su gran poder, los israelitas decidieron obedecer a Dios y confiar en él y en Moisés.

Un canto de victoria

15 Entonces Moisés y los israelitas cantaron en honor de Dios este himno:

«Voy a cantar en honor de mi Dios,
pues ha tenido una gran victoria:
¡hundió en el mar caballos y jinetes!

2 »Yo le dedico este himno,
porque él me da fuerza y me salva.
Él es mi Dios;
por eso lo alabo.
Él es el Dios de mi padre;
por eso lo adoro.

3 »¡Mi Dios es el Dios de Israel!
¡Mi Dios es un gran guerrero!

4 Hundió en el mar los carros egipcios,
¡el ejército entero del rey!
¡Mi Dios ahogó en el Mar de los Juncos
a los mejores oficiales de Egipto!

5 ¡Todos ellos se hundieron como piedras
en lo más profundo del mar!

6 »Dios mío,
con tu gran poder destruiste al enemigo,

7 con tu fuerza lo derribaste,
con tu enojo lo quemaste como paja.

8 Soplaste, y el mar se dividió;
en el fondo del mar
el agua dejó de moverse
y formó dos grandes paredes.

9 »Nuestros enemigos pensaron:
“¡Vamos a perseguirlos!
¡Vamos a darles alcance!
¡Vamos a acabar con ellos!
¡Les quitaremos todo lo que tengan,
y nos lo repartiremos!”

10 Pero tú soplaste con fuerza
y los hundiste en el mar.
¡En medio de las aguas poderosas
se hundieron como plomo!

11 »Dios mío,
¡no hay otro Dios como tú!
¡Sólo tú eres grande!
¡Sólo tú eres poderoso!
Tú has hecho grandes maravillas;
tú nos llenas de asombro.

12 Decidiste usar tu gran poder
y la tierra se tragó a los egipcios.

13 »Tanto amas a tu pueblo
que con tu fuerza lo has salvado
y ahora lo vas guiando
al lugar donde has decidido vivir.

14-15 Cuando los filisteos lo sepan,
se llenarán de angustia;
los jefes edomitas y los cananeos
empezarán a temblar de miedo.

16 ¡Todos ellos se llenarán
de angustia y de terror!

»Dios mío,
tu gran poder los dejará espantados,
¡inmóviles como piedras,
hasta que tu pueblo haya pasado!

17 Dios mío,
tú nos llevarás a la montaña
que elegiste para ti,
y allí nos harás vivir para siempre.
¡Tú mismo la hiciste!
¡Tú mismo preparaste allí tu casa!

18 »Dios mío,
tú reinarás hoy, mañana y siempre».

El canto de María

19 Cuando la caballería del rey de Egipto, y sus carros y soldados, entraron en el mar para perseguir a los israelitas, Dios hizo que el mar volviera a juntarse, y el agua los cubrió. En cambio, los israelitas cruzaron el mar caminando sobre tierra seca. 20 Entonces la profetisa María, que era hermana de Aarón, tomó una pandereta y se puso a cantar. Todas las mujeres hicieron lo mismo, y también comenzaron a bailar. 21 Y María las invitaba a cantar así:

«Canten en honor de nuestro Dios,
pues ha tenido una gran victoria:
¡hundió en el mar caballos y jinetes!»

Dios convierte el agua amarga en agua dulce

22 Moisés les ordenó a los israelitas que se alejaran del Mar de los Juncos, y ellos obedecieron. Se fueron al desierto de Sur, y durante tres días caminaron sin encontrar una gota de agua. 23 Cuando finalmente encontraron agua, ésta era tan amarga que no la pudieron beber. Por eso los israelitas llamaron a ese lugar Mará, que quiere decir «amarga»; 24 pero también le reclamaron a Moisés: «¿Y ahora qué vamos a beber?»

25 Moisés le pidió ayuda a Dios. Entonces Dios le mostró un arbusto y le ordenó que lo arrojara al agua amarga. Moisés así lo hizo, y al instante el agua se puso dulce.

En ese mismo lugar Dios puso a prueba a los israelitas y además les dio reglas de conducta. 26 Les dijo: «Yo soy su Dios. Yo soy quien les da salud. Si ustedes prestan atención a mis consejos y obedecen estos mandamientos y estas leyes que hoy les doy, y hacen sólo lo bueno, no los castigaré como a los egipcios».

27 Después de esto, los israelitas se fueron a Elim, y allí acamparon en un lugar donde había doce manantiales y setenta palmeras.

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jueves, 27 de marzo de 2014

DIA 134 Éxodo 14:1-25

Los israelitas cruzan el Mar de los Juncos

14 Después Dios le dijo a Moisés:

2 «Diles a los israelitas que regresen y acampen frente a Pi-hahirot, es decir, entre el mar y Migdol, que está exactamente frente a Baal-sefón. 3 Así el rey de Egipto pensará que cuando ustedes llegaron al desierto no supieron qué hacer y decidieron volver. 4 Yo haré que el rey se ponga terco y vaya a perseguirlos. Pero cuando lo haga, destruiré su ejército y le mostraré mi gran poder. Así sabrán los egipcios que yo soy Dios».

Los israelitas hicieron lo que Dios les mandó hacer. 5 Y cuando el rey de Egipto supo que los israelitas se estaban escapando, él y sus asistentes se arrepintieron de haberlos dejado ir, y dijeron: «¡Pero qué locura hemos hecho! ¿Cómo pudimos dejar que los israelitas se fueran? Y ahora, ¿quién va a trabajar por nosotros?»

6-10 Dios hizo que el rey se pusiera terco y saliera con su ejército a perseguir a los israelitas. Enseguida ordenó que le prepararan su carro de guerra, y junto con sus oficiales salió tras ellos. Se llevó seiscientos de los mejores carros de guerra, y todos los demás carros que había en Egipto. Los israelitas, por su parte, habían salido de Egipto cantando victoria.

Poco después, los egipcios alcanzaron a los israelitas en el lugar donde Dios les había ordenado acampar. Cuando los israelitas vieron a lo lejos que el rey y su ejército venían persiguiéndolos, tuvieron mucho miedo y gritaron pidiéndole ayuda a Dios. 11 A Moisés le reclamaron:

—¿Por qué nos sacaste de Egipto? ¿Por qué nos trajiste a morir en el desierto? ¿Acaso no había en Egipto lugar para enterrarnos? 12 ¿No te dijimos que no nos molestaras, y que nos dejaras trabajar para los egipcios? ¡Hubiera sido mejor seguir allá como esclavos, que venir a morir en el desierto!

13-14 Moisés les respondió:

—¡Tranquilos, no tengan miedo! Ustedes no se preocupen, que van a ver cómo nuestro Dios los va a salvar. A esos egipcios que hoy ven, no volverán a verlos nunca más, porque Dios peleará por ustedes.

15 Pero Dios le dijo a Moisés:

—¿Y tú por qué me pides ayuda? ¡Mejor ordena a los israelitas seguir adelante! 16 Toma la vara y extiende tu brazo sobre el mar, para que se abra en dos; así el pueblo podrá pasar por en medio, caminando sobre tierra seca. 17-18 Como yo haré que los egipcios se pongan tercos, ellos van a ir tras ustedes, pero entonces yo los destruiré. Y cuando haya derrotado al rey, y a todos sus ejércitos y carros, los egipcios sabrán que yo soy el Dios de Israel. ¡Voy a demostrarles mi gran poder!

19 Entonces los israelitas avanzaron en dirección al mar. Mientras tanto, el ángel de Dios, que viajaba al frente de ellos, fue y se colocó atrás, quedando entre ellos y los egipcios. Lo mismo hizo la nube en forma de columna, 20 la cual siguió alumbrando el camino a los israelitas, pero dejó en la oscuridad al ejército egipcio. En toda esa noche los egipcios nunca pudieron alcanzar a los israelitas.

21 Moisés, por su parte, extendió su brazo sobre el mar, y Dios hizo que un fuerte viento soplara durante toda la noche. El viento partió el mar en dos, y en medio dejó un camino de tierra seca. 22 El agua formaba dos grandes paredes, una a la derecha y otra a la izquierda. Por ese camino comenzaron a pasar los israelitas.

23 Los egipcios se fueron tras los israelitas por el camino abierto en el mar. Los persiguieron con sus caballos y sus carros de guerra. 24 Pero en la madrugada Dios miró al ejército egipcio desde la columna de nube y fuego, y fue tal el desorden que Dios provocó entre ellos, que se llenaron de pánico. 25 Además, Dios dañó las ruedas de sus carros de guerra, de modo que no podían avanzar. Entonces los egipcios gritaron: «¡Huyamos de los israelitas, pues su Dios está peleando contra nosotros!»

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miércoles, 26 de marzo de 2014

DIA 133 Éxodo 13:1-22

Peregrinación por el desierto (13.1—18.27)

La fiesta de los panes sin levadura

13 Dios le dijo a Moisés: 2 «El primer hijo de todo matrimonio israelita será para mí. También serán para mí todas las primeras crías de los animales israelitas».

3 Entonces Moisés les dijo a los israelitas:

«Nunca olviden este día. Con su gran poder, nuestro Dios nos ha sacado de Egipto, donde éramos esclavos. De ahora en adelante, ninguno de ustedes deberá comer en este día pan con levadura. 4-5 Dios les prometió a sus antepasados que les daría el país de Canaán, donde ahora viven otros pueblos. ¡Es un país tan rico que siempre hay abundancia de alimentos!
»Éste es el primer mes del año.[a] Cuando Dios les haya entregado la tierra prometida y ustedes ya vivan allí, en este mismo mes celebrarán, todos los años, la fiesta de los panes sin levadura. 6-7 Durante siete días comerán pan sin levadura, y en el séptimo día harán una fiesta en honor de nuestro Dios. En esos días, nadie que viva en el país deberá tener en su casa levadura o pan con levadura.

8 »En el séptimo día, les dirán a sus hijos: “Esta fiesta la celebramos para recordar lo que Dios hizo por nosotros cuando nos sacó de Egipto. 9 Esta fiesta será para ustedes como una marca en la mano o en la frente. Les hará recordar que Dios, con su gran poder, nos sacó de Egipto. Por eso, nunca deben olvidarse de sus mandamientos. 10 Recuerden que todos los años deberán celebrar esta fiesta en la fecha señalada”.

11 »Cuando Dios les haya entregado el territorio de Canaán, que es el país que les prometió a sus antepasados, 12 ustedes deberán entregarle el primer hijo varón que tengan y el primer macho de sus animales, pues ambos le pertenecen a Dios. 13 En lugar de dar como sacrificio el primer macho de los burros podrán dar en su lugar como ofrenda un cordero. Lo mismo harán ustedes con sus hijos mayores.

14 »Cuando sus hijos les pregunten por qué hacen esos sacrificios, ustedes les dirán: “Con su gran poder, nuestro Dios nos sacó de Egipto, donde éramos esclavos. 15 El rey de ese país se había puesto terco y no nos dejaba salir. Entonces Dios castigó a los egipcios quitándoles la vida a todos sus hijos mayores, y también a las primeras crías de sus animales. Por eso nosotros sacrificamos en su honor el primer macho de nuestros animales, y en lugar de nuestro hijo mayor le damos una ofrenda. 16 Este sacrificio debe ser para ustedes como una marca en el brazo o en la frente, para que recuerden que Dios nos sacó de Egipto con su gran poder”».

Dios guía a los israelitas en su viaje

17 Cuando el rey de Egipto dejó que los israelitas se fueran de su país, Dios mismo les enseñó el camino que debían seguir. No los llevó por la región donde vivían los filisteos, aunque era el camino más corto. Y es que Dios pensó que si los filisteos atacaban a los israelitas, éstos podrían asustarse y regresar a Egipto. 18 Por eso Dios hizo que los israelitas rodearan el camino del desierto que lleva al Mar de los Juncos. Así salieron de Egipto, 19 y Moisés les ordenó llevar con ellos los huesos de José, pues antes de morir, él les había dicho a sus hermanos: «Estoy seguro de que Dios vendrá a ayudarlos; cuando eso pase, llévense de aquí mis huesos».

20 Los israelitas empezaron su viaje en el pueblo de Sucot, y llegaron a Etam, donde comienza el desierto. Allí acamparon. 21-22 En ningún momento Dios los dejó solos. De día los guiaba mediante una nube en forma de columna, y de noche les alumbraba el camino con una columna de fuego.

Footnotes:
a.Éxodo 13:4 El primer mes del año era el mes de Abib. Véase nota en 23.15.


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martes, 25 de marzo de 2014

DIA 132 Éxodo 12:29-51

Décimo castigo: Muerte de los hijos mayores egipcios

29 A la medianoche Dios les quitó la vida a todos los hijos mayores de los egipcios. Murieron todos, desde el hijo mayor del rey, que habría de reinar después, hasta el hijo mayor del que estaba preso en la cárcel. También murieron todas las primeras crías de todos los animales egipcios. 30 Esa noche se levantaron el rey y sus consejeros, y los egipcios lloraban a gritos, pues no había una sola casa donde no hubiera muerto un hijo mayor. 31 Esa misma noche, el rey mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: «¡Váyanse lejos de mi pueblo! ¡Váyanse ustedes y todos los israelitas, y adoren a su Dios como lo han estado pidiendo! 32 ¡Llévense sus ovejas y sus vacas, como lo han pedido, y váyanse de aquí! ¡Y pídanle a Dios que no me castigue!»

33 También los egipcios apuraban a los israelitas, pues pensaban que todos iban a morir. 34 Los israelitas, por su parte, tomaron la masa sin levadura, la envolvieron en sus mantos, y con recipientes y todo se la echaron al hombro. 35 Además, a los egipcios les pidieron ropa y objetos de plata y de oro, tal como lo había ordenado Moisés. 36 Dios hizo que los egipcios trataran bien a los israelitas, y que les dieran todo lo que pedían. Así fue como los israelitas les quitaron a los egipcios todas sus pertenencias.

Los israelitas salen de Egipto

37 Los israelitas viajaron a pie desde el pueblo de Ramsés hasta el pueblo de Sucot. Eran como seiscientos mil varones, más las mujeres y los niños. 38 Al salir, se llevaron una gran cantidad de ovejas y vacas, y también salió con ellos muchísima gente de otros países. 39 Salieron de Egipto con tanta prisa que no tuvieron tiempo ni de preparar comida. Por eso tomaron la masa sin levadura que sacaron de Egipto, y con ella hicieron pan.

40-41 El pueblo de Dios salió de Egipto precisamente el día en que se cumplían cuatrocientos treinta años de haber vivido allí. 42 Toda esa noche Dios estuvo pendiente de ellos para protegerlos y sacarlos a salvo de Egipto. Por eso, y en recuerdo de lo que Dios hizo por ellos, desde entonces ningún israelita duerme durante la celebración de la Pascua.

Más instrucciones acerca de la Pascua

43-49 Dios les dijo a Moisés y a Aarón:

«Cuando celebren la Pascua, deberán seguir estas instrucciones:
»Ningún extranjero que trabaje para ti podrá comer del cordero que se sacrifica en la fiesta.
»Sólo podrán comer del cordero los esclavos comprados con dinero israelita, siempre y cuando hayan sido circuncidados.
»También podrán comer del cordero los extranjeros que vivan entre ustedes, siempre y cuando ellos y todos los hombres de su familia se circunciden antes. Si lo hacen así, serán considerados parte del pueblo y podrán celebrar la Pascua.
»Nadie que no esté circuncidado podrá participar de la cena de la Pascua.
»El cordero deberá comerse dentro de la casa. Fuera de ella no debe salir ni un solo pedacito de carne. Tampoco se le debe quebrar al cordero ni un solo hueso.
»Estas instrucciones deberán obedecerlas tanto los israelitas como los extranjeros que vivan en el país».

50 Los israelitas hicieron todo tal y como Dios se lo ordenó a Moisés y a Aarón, 51 y ese mismo día Dios sacó de Egipto a su pueblo.


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lunes, 24 de marzo de 2014

DIA 131 Éxodo 12:1-28

Instrucciones para celebrar la cena de la Pascua

12 Cuando Moisés y Aarón aún estaban en Egipto, Dios les dijo:

2 «Este mes será para ustedes el primer mes del año,[a] y el más importante. 3-5 Digan a todos los israelitas que el día diez de este mes cada familia debe apartar un cordero o un cabrito para comérselo. Los animales deben ser machos, de tan sólo un año de edad, y sin ningún defecto. Pero asegúrense de que el animal que elijan alcance para todos, pues cada miembro de la familia debe comer lo acostumbrado. Si alguna familia es muy pequeña como para comerse todo el animal, deberá compartirlo con la familia vecina.

6 »Cuando cada familia haya apartado su animal, deberá guardarlo hasta el día catorce de este mes, y ese día al atardecer lo matará. 7 Una vez que se reúnan para comer, tomarán un poco de sangre del animal y la untarán en el marco de la puerta de la casa. 8 Esa noche comerán la carne del animal asada al fuego, acompañada de pan sin levadura y hierbas amargas. 9 Pero no vayan a comerse la carne cruda o hervida; tienen que asarla al fuego, y comerse la cabeza, las patas y las tripas.

10 »Además, deben comer rápidamente, con la ropa y las sandalias puestas, y la vara en la mano, como si estuvieran apurados por salir. 11 No deben guardar nada para el día siguiente, porque es la fiesta de la Pascua en mi honor; lo que les sobre, deberán quemarlo.

12 »Esa noche recorreré todo Egipto y mataré a todos los hijos mayores de cada familia egipcia, sea hombre o animal. Yo soy el Dios de Israel, y les daré su merecido a los dioses de Egipto. 13 Pero ustedes los israelitas no deben tener miedo; la sangre que van a untar en los marcos de las puertas me servirá de señal. Cuando yo la vea, no les haré ningún daño a sus hijos mayores, sino que pasaré de largo.

14-20 »De ahora en adelante, todos ustedes deberán celebrar esta fiesta en mi honor, para recordar el día en que los saqué de Egipto. La fiesta durará siete días, desde el atardecer del día catorce hasta el atardecer del día veintiuno. En esa semana celebrarán dos reuniones especiales, una en el primer día y otra en el séptimo. Dondequiera que ustedes vivan, durante esos siete días comerán pan sin levadura. Desde el primer día de la fiesta, y hasta el último, no deberán tener en su casa ni un pedacito de masa con levadura. El que coma pan con levadura durante estos siete días, sea extranjero o israelita, será expulsado de entre ustedes. Además, durante esos siete días no deberán hacer ningún trabajo; lo único que podrán hacer es preparar su propia comida. Ésta será una ley permanente».

Los israelitas celebran la cena de la Pascua

21 Moisés llamó a los jefes israelitas y les dijo:

«Vaya cada uno de ustedes a buscar un cordero para su familia, y mátenlo para celebrar la cena de la Pascua. 22 Echen la sangre del cordero en una vasija, tomen luego unas ramas de hisopo y unten con ellas la sangre en los marcos de las puertas de sus casas. Después de esto, nadie deberá salir de su casa hasta el día siguiente. 23 Así, cuando nuestro Dios recorra el país para quitarles la vida a los hijos mayores de los egipcios, verá la sangre en los marcos de las puertas y pasará de largo. Dios no permitirá que muera ninguno de ustedes.

24 »De ahora en adelante, ustedes los israelitas tendrán la obligación de obedecer siempre estas instrucciones que Dios les ha dado. 25 Cuando vivan en la tierra que Dios prometió darles, celebrarán esta misma ceremonia todos los años. 26 Y cuando sus hijos les pregunten qué significa esta fiesta, 27 ustedes les dirán: “Esta cena es la Pascua que celebramos en honor de nuestro Dios. Cuando él recorrió todo Egipto para matar a los hijos mayores de los egipcios, pasó de largo frente a nuestras casas y nos libró de la muerte”».

Cuando Moisés terminó de hablar, todos los israelitas se arrodillaron y adoraron a Dios, 28 y luego hicieron lo que Dios les había ordenado a Moisés y a Aarón.

Footnotes:
a.Éxodo 12:2 El primer mes del año era el mes de Abib. Véase nota en 23.15.


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domingo, 23 de marzo de 2014

DIA 130 Éxodo 11:1-10

Anuncio del décimo castigo

11 Después Dios le dijo a Moisés: «Voy a castigar al rey y a su pueblo una vez más. Después de ese castigo los dejará ir, y hasta los echará de su país para siempre. 2 Tú ve y diles a todos los israelitas, hombres y mujeres, que se preparen para salir y que les pidan a sus vecinos objetos de oro y plata».

3 Dios hizo que los egipcios trataran bien a los israelitas, y tanto ellos como los consejeros mismos del rey respetaban a Moisés.

4 Una vez más, Moisés le dijo al rey:

«Dios me manda decir a Su Majestad que cerca de la medianoche, él recorrerá todo Egipto, 5 y les quitará la vida a todos los hijos mayores de los egipcios. Todos morirán, desde el hijo mayor de Su Majestad, hasta el hijo mayor de la sirvienta que trabaja en el molino. ¡Ni siquiera las primeras crías de los ganados egipcios escaparán de la muerte! 6 Nunca antes han sufrido ustedes una desgracia tan grande, ni nunca más volverán a sufrirla. 7 Y para demostrarles que es Dios quien distingue entre ustedes y los israelitas, de nosotros no morirá ni uno solo de nuestros hijos mayores, ni tampoco una sola de las primeras crías de nuestros animales. Es más, ni siquiera un perro nos ladrará. 8 Toda esta gente que está al servicio de Su Majestad vendrá a verme, y de rodillas me rogará que me vaya de Egipto y me lleve a mi pueblo. Sólo entonces me iré de aquí».

Moisés salió muy enojado del palacio del rey. 9 Entonces Dios le dijo: «El rey no va a hacerles caso. Eso me permitirá seguir haciendo señales terribles y asombrosas en este país».

10 Moisés y Aarón hicieron en presencia del rey todas las señales terribles y asombrosas que Dios les había ordenado hacer, pero el rey se puso terco y no dejó que los israelitas se fueran de Egipto.

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sábado, 22 de marzo de 2014

DIA 129 Éxodo 6:1-13

6 1-2 Dios le contestó:

-De tal modo voy a castigar al rey de Egipto, que él mismo les pedirá que abandonen su país. Yo soy tu Dios. 3 Tus antepasados me conocieron con el nombre de Dios todopoderoso, pero no por mi verdadero nombre, que es Yo soy. 4 Yo me comprometí a darles el país de Canaán, donde antes vivieron como extranjeros, 5 y ahora que he escuchado los gritos de dolor de los israelitas por el maltrato de los egipcios, me he acordado del compromiso que tengo con mi pueblo.

6-8 »Así que ve y diles a los israelitas que yo, su Dios, los voy a sacar de Egipto, y que los haré descansar de los trabajos tan pesados que ahora tienen que hacer. Los llevaré al país que prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob, y que de ahora en adelante será de ustedes. Así sabrán que yo fui quien los libró de su esclavitud en Egipto, y serán mi pueblo y yo seré su Dios. Pero a los egipcios los castigaré con mi gran poder. Todo esto lo haré porque yo soy el Dios de ustedes.

9 Moisés les contó a los israelitas todo lo que Dios le había dicho, pero ellos estaban tan desanimados y con tanto trabajo que no le hicieron caso. 10 Entonces Dios le dijo a Moisés:

11 —Ve y dile al rey de Egipto que deje salir de su país a los israelitas.

12 Moisés contestó:

—Si ni siquiera los israelitas me hicieron caso, mucho menos el rey. Además, soy muy torpe para hablar.

13 Entonces Dios les dio instrucciones precisas a Moisés y a Aarón: tenían que hablar con el rey de Egipto y con los israelitas, y también sacar de Egipto a su pueblo.


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viernes, 21 de marzo de 2014

DIA 128 Éxodo 4:1-17

4 Sin embargo, Moisés le dijo a Dios:
—Los jefes de Israel no van a creer que te he visto, así que tampoco van a obedecerme.

2 Entonces Dios le preguntó:
—¿Qué tienes en tu mano?
—Una vara —contestó Moisés.
3 —Tírala al suelo —ordenó Dios.

Moisés tiró la vara al suelo, y ésta se convirtió en una serpiente. Moisés trató de apartarse de ella, 4 pero Dios le dijo:
—Ahora extiende la mano y agarra la serpiente por la cola.

Moisés extendió la mano para agarrarla y, en cuanto la tocó, la serpiente se convirtió otra vez en una vara. Entonces Dios le dijo:
5 —Haz esto mismo delante de los jefes de Israel. Cuando ellos vean que la vara se convierte en serpiente, creerán que me has visto a mí, que soy el Dios de sus antepasados. 6-8 Pero si no te creen ni te obedecen, dales otra prueba: Mete la mano entre tu ropa y tócate el pecho; luego vuelve a sacarla.

Moisés lo hizo así, y cuando sacó la mano, vio que estaba llena de llagas, pues tenía lepra. Dios le dijo:
—Vuelve a meter tu mano entre la ropa.

Moisés obedeció, y cuando la sacó vio que ya estaba sana. Dios le dijo:
9 —Si después de ver estas dos señales no te creen ni te obedecen, ve al río Nilo, saca agua de allí, y derrámala en el suelo. Enseguida el agua se convertirá en sangre.

10 Sin embargo, Moisés le dijo a Dios:
—¡Pero es que yo no sé hablar bien! Siempre que hablo, se me traba la lengua, y por eso nadie me hace caso. Este problema lo tengo desde niño.

11 Dios le contestó:
—Escúchame, Moisés, ¡soy yo quien hace que hables o que no hables! ¡Soy yo quien hace que puedas oír o que no oigas nada! ¡Soy yo quien puede hacerte ver, o dejarte ciego! 12 Anda, ponte en marcha a Egipto, que yo te ayudaré a que hables bien, y te enseñaré lo que debes decir.

13 Pero Moisés dijo:
—Dios mío, te ruego que envíes a otra persona.

14 Entonces Dios se enojó con Moisés y le dijo:
—¡Pues ahí tienes a tu hermano Aarón, el sacerdote de la tribu de Leví! Aarón habla muy bien, y sabe convencer a la gente. Además, ya ha salido a tu encuentro, y se alegrará de verte. 15-16 Tú dile a Aarón todo lo que te he mandado decir, para que él se lo diga al pueblo por ti. De ese modo, Aarón hablará en tu lugar, así como tú hablas en lugar mío. Yo, por mi parte, les ayudaré a hablar y les enseñaré lo que deben hacer. 17 Anda, toma la vara y haz con ella lo que te he ordenado hacer.

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jueves, 20 de marzo de 2014

DIA 127 Éxodo 3:1-22

Dios llama a Moisés

3 Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetró, que era sacerdote de Madián. Un día, Moisés llevó las ovejas por el desierto y llegó hasta la montaña de Dios que se llama Horeb. 2 Allí Dios se le apareció en medio de un arbusto que ardía en llamas. A Moisés le sorprendió ver que el arbusto estaba en llamas, pero no se quemaba. 3 Y dijo: «¡Qué extraño! ¡Voy a ver por qué no se quema ese arbusto!»

4 Cuando Dios vio que Moisés se acercaba, le gritó:
—¡Detente Moisés!

Moisés contestó:
—¡Qué pasa, Señor!

5 Dios le dijo:
—¡No te acerques más! ¡Quítate las sandalias, porque estás en mi presencia! 6 Yo soy el Dios de tus antepasados; yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

Al oír esto, Moisés no se atrevió a mirar a Dios y se tapó la cara. 7-9 Pero Dios siguió diciéndole:

—Yo sé muy bien que mi pueblo Israel sufre mucho porque los egipcios lo han esclavizado. También he escuchado sus gritos pidiéndome ayuda, y he visto que sus capataces los maltratan mucho. Por eso he venido a librarlos del poder egipcio. Los voy a llevar a una región muy grande y rica; ¡tan rica que siempre hay abundancia de alimentos! Es Canaán, país donde viven pueblos que no me conocen. 10 Así que prepárate, pues voy a mandarte a hablar con el rey de Egipto, para que saques de ese país a mi pueblo.

11 Moisés contestó:
—¿Y quién soy yo para ir ante él y decirle: “Voy a sacar de aquí a los israelitas”?

12 Dios le dijo:
—¡Moisés, yo estaré contigo en todo momento! Y para que sepas que yo soy quien te envía, voy a darte una señal: Después de que hayas sacado a los israelitas, todos ustedes me adorarán en este mismo lugar.

13 Moisés respondió:
—Pero si voy y les digo a los israelitas: “Nuestro Dios, es decir, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a libertarlos”, seguramente van a decirme: “A ver, dinos cómo se llama”. Y entonces, ¿qué les voy a responder?

14-16 Dios le contestó:
—Diles que soy el Dios eterno, y que me llamo Yo soy. Diles a todos que yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, los antepasados de ustedes.

»Así que ve a Egipto y reúne a los jefes de Israel. Cuéntales que yo, su Dios, me aparecí ante ti, y que sé muy bien cómo sufren en Egipto. 17 Diles que les prometo librarlos de su esclavitud, sacarlos de Egipto, y llevarlos a Canaán, país donde viven pueblos que no me conocen. ¡Es un país tan rico que siempre hay abundancia de alimentos!

18 »Yo sé que los jefes te harán caso, así que tú y ellos se presentarán ante el rey de Egipto y le dirán: “Nuestro Dios ha venido a encontrarnos. Queremos que Su Majestad nos deje ir al desierto, hasta donde lleguemos en tres días. Allí adoraremos a nuestro Dios y le presentaremos ofrendas”.

19 »Claro, yo sé que el rey no va a dejarlos ir, pero lo obligaré a hacerlo. 20 Usaré mi poder y haré cosas increíbles, con las que destruiré a los egipcios. Sólo entonces los dejará ir. 21 Además, haré que los egipcios les hagan muchos regalos; así ustedes no saldrán de Egipto con las manos vacías. 22 Todas las israelitas irán a ver a sus vecinas egipcias y a las que vivan con ellas, y les pedirán joyas de plata y de oro. También les pedirán ropa, y con ella vestirán a sus hijos y a sus hijas. Las egipcias no les negarán nada. Así los egipcios se quedarán sin nada de valor.


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miércoles, 19 de marzo de 2014

DIA 126 Hebreos 5:11-6:12

Aprendamos más acerca de Dios

11 Hay mucho más que decir acerca de este asunto, pero no es fácil explicarles a ustedes todo, porque les cuesta mucho entender. 12 Con el tiempo que llevan de haber creído en la buena noticia, ya deberían ser maestros. Sin embargo, todavía necesitan que se les expliquen las enseñanzas más sencillas acerca de Dios. Parecen niños pequeños, que no pueden comer alimentos sólidos, sino que sólo toman leche. 13 Son como niños recién nacidos, que aún no pueden distinguir entre lo bueno y lo malo. 14 En cambio, los que sí saben distinguir entre lo bueno y lo malo, y están acostumbrados a hacerlo, son como la gente adulta, que ya puede comer alimentos sólidos.

6 Por eso, sigamos aprendiendo más y más, hasta que lleguemos a ser cristianos maduros. Dejemos de ocuparnos de las primeras enseñanzas que se nos dieron acerca de Cristo, y no sigamos hablando de cosas simples. Dejemos de hacer lo malo, sigamos a Cristo, y dejemos de pecar para no morir. Ya sabemos que debemos confiar en Dios, 2 y que debemos bautizarnos; también sabemos que los que creen en Cristo reciben el Espíritu Santo, que los muertos volverán a vivir, y que habrá un juicio final. 3 Claro que todo esto lo seguiremos enseñando, si Dios así nos lo permite.

4-6 Pero los que dejan de creer en Cristo ya no pueden volver a ser amigos de Dios, aunque alguna vez hayan creído que el mensaje de Dios es la verdad, y con gusto lo hayan recibido como un regalo. Si dejan de creer en Cristo, lo que habrán hecho será volver a clavarlo en la cruz y burlarse de él ante todo el mundo. No importa que hayan recibido el Espíritu Santo junto con los demás, ni que hayan sabido lo bueno que es el mensaje de Dios, ni lo poderoso que Dios será en el nuevo mundo, si dejan de creer en Cristo ya no podrán volver a él.

7 En esto la gente es como un terreno. Los que creen en Cristo son como el terreno que recibe mucha lluvia y produce una buena cosecha para el sembrador, y Dios lo bendice. 8 Pero los que dejan de creer son como un terreno que sólo produce plantas con espinas: no sirve para nada, y Dios lo maldice. Al final, se le prende fuego.

9 Mis queridos hermanos, aunque les decimos estas cosas, estamos seguros de que ustedes no han dejado de creer, sino que siguen confiando en Dios. Eso es lo mejor para ustedes, pues así serán salvados. 10 Dios es justo, y nunca olvidará lo que ustedes han hecho, y siguen haciendo, para ayudar a su pueblo elegido. De esa manera, ustedes también demuestran que aman a Dios.

11 Deseamos que sigan con ese mismo entusiasmo hasta el fin, para que reciban todo lo bueno que con tanta paciencia esperan recibir. 12 No queremos que se vuelvan perezosos. Más bien, sin dudar ni un instante sigan el ejemplo de los que confían en Dios, porque así recibirán lo que Dios les ha prometido.

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martes, 18 de marzo de 2014

DIA 125 Hebreos 4:14-5:10

Jesús es el Jefe de sacerdotes

14 Jesús es el Hijo de Dios, y es nuestro gran Jefe de sacerdotes, que ha subido al cielo. Por eso debemos seguir confiando en él.

15 El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios. 16 Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama.

5 Dios elige a los jefes de los sacerdotes para que ayuden al pueblo, y para que presenten las ofrendas y sacrificios, para que Dios los perdone. 2 Y como a esos sacerdotes también les resulta difícil obedecer a Dios, pueden mostrarse pacientes con los ignorantes y pecadores. 3 Por eso tienen que presentar ofrendas y sacrificios, para que Dios perdone los pecados del pueblo, y también los de ellos. 4 Pero nadie puede ser jefe de los sacerdotes sólo porque así lo quiere, sino que Dios es quien lo elige y le da ese honor. Así lo hizo Dios cuando escogió a Aarón como jefe de los sacerdotes.

5 Cristo no llegó a ser Jefe de sacerdotes porque así lo quiso, sino que Dios lo eligió y le dio ese honor. Fue Dios quien le dijo:
 «Tú eres mi Hijo;
desde hoy soy tu padre.»

6 En otra parte de la Biblia también le dijo:
«Tú eres sacerdote para siempre,
como lo fue Melquisedec.»

7 Cuando Cristo estuvo aquí en el mundo, oró mucho a Dios, y con lágrimas le rogó que lo librara de la muerte, pues Dios tenía poder para hacerlo. Y como Cristo siempre fue obediente, Dios contestó su oración. 8 Aunque él era Hijo de Dios, por medio del sufrimiento aprendió lo que significa obedecer siempre a Dios. 9 Así, una vez que Cristo hizo todo lo que Dios le mandó, se convirtió en el salvador que da vida eterna a todos los que lo obedecen. 10 Por eso Dios también lo nombró Jefe de sacerdotes, como lo fue Melquisedec.

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lunes, 17 de marzo de 2014

DIA 124 Hebreos 4:1-13

4 Por eso, mientras siga en pie la promesa de descansar con Dios, debemos tener cuidado. Sería una lástima que alguno de ustedes no pudiera recibir de Dios ese descanso. 2 Porque nosotros oímos la buena noticia, igual que aquellos israelitas que salieron de Egipto. Sólo que a ellos no les sirvió de nada oírla, porque no creyeron en el mensaje. 3 Nosotros, en cambio, los que sí hemos creído en la buena noticia, disfrutaremos de la paz y de la tranquilidad que Dios nos ha prometido. Pero a los que no creyeron, Dios les dijo:

«Por eso, ya enojado decidí:
“No voy a permitirles
entrar en la tierra prometida,
donde los haré descansar.”»

Dios dijo esto, refiriéndose a su descanso cuando terminó de crear el mundo. 4 Porque en alguna parte de la Biblia se habla así del día sábado:

«En el séptimo día
Dios descansó de todo su trabajo.»
5 Y en cuanto a este punto, vuelve a decir:

«Ustedes jamás entrarán
en mi lugar de reposo.»

6 Los primeros en oír la buena noticia desobedecieron a Dios, y por eso no pudieron recibir su descanso. Pero la promesa de Dios sigue en pie, 7 porque él nos dio una nueva oportunidad, como lo dijo por medio de David en el pasaje de la Biblia, que ya mencionamos:

«Si hoy escuchan la voz de Dios,
no sean tan tercos.»

8 Si Josué hubiera podido hacer que los israelitas descansaran realmente en paz y tranquilidad, Dios no habría hablado de otra oportunidad. 9 Pero todavía esperamos el día en que nosotros, el pueblo de Dios, recibiremos el descanso que Dios nos ha prometido. 10 En ese día, el pueblo de Dios descansará por fin de su trabajo, así como Dios descansó del suyo. 11 Por eso, hagamos todo lo posible por obedecer a Dios, para que en ese día recibamos su descanso. No sigamos el ejemplo de los que no creyeron la buena noticia.

12 Cada palabra que Dios pronuncia tiene poder y tiene vida. La palabra de Dios es más cortante que una espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. Allí examina nuestros pensamientos y deseos, y deja en claro si son buenos o malos. 13 Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él, pues Dios puede verlo todo con claridad, y ante él seremos responsables de todo lo que hemos hecho.

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domingo, 16 de marzo de 2014

DIA 123 Hebreos 3:1-19

Jesús y Moisés

3 Hermanos, Dios los ha llamado a ustedes para que sean su pueblo elegido. Por eso, pónganse a pensar seriamente en quién es Jesús: ¡Él es nuestro apóstol[a] y nuestro Jefe de sacerdotes! 2 Dios le encargó que nos ayudara, y él lo obedeció, así como Moisés también obedeció cuando Dios le ordenó ayudar a todo su pueblo.[b]

3 Pero Dios le dio a Jesús más honra que a Moisés. Es como cuando se construye una casa: el que la construye es más importante que la casa misma. 4 Toda casa ha sido construida por alguien, pero Dios es quien ha hecho todo lo que existe. 5 Moisés sirvió a Dios y lo obedeció en todo, pues ayudó al pueblo de Dios tal como se le ordenó, y anunció al pueblo lo que Dios iba a decir en el futuro. 6 Pero Cristo, que es el Hijo de Dios, es obediente y ayuda a este pueblo de Dios, que somos nosotros. Y nosotros somos parte de ese pueblo, si seguimos creyendo firmemente y con alegría en la salvación que recibiremos.

La obediencia

7 Por eso hay que hacer lo que el Espíritu Santo dice:

«Si hoy escuchan la voz de Dios,
8 no sean tercos,
como aquellos israelitas,
que no quisieron obedecerlo
en el desierto.
Ellos quisieron ver hasta dónde
soportaría Dios su desobediencia.

»Por eso Dios les dijo:
9 Aunque los traté bien
durante cuarenta años,
sus antepasados
me pusieron a prueba en el desierto.

10 Entonces me enojé,
y les hice ver
que vivían en el error,
pues no obedecían mis mandamientos.

11 Por eso, ya enojado decidí:
“No voy a permitirles
entrar en la tierra prometida,
donde los habría hecho descansar.”»[c]

12 ¡Cuidado, hermanos! No piensen en lo malo, ni dejen de confiar en el Dios que vive para siempre, para que no se aparten de él. 13 Al contrario, mientras aún queda tiempo, cada uno debe animar al otro a seguir confiando. Así nadie dejará de obedecer a Dios, ni pensará que, si peca, hace el bien. 14 Al principio, cuando confiamos en Cristo, nos hicimos compañeros suyos; y si no dejamos de confiar en él, seguiremos siendo sus compañeros siempre. 15 Por eso la Biblia dice:

«Si hoy escuchan la voz de Dios,
no sean tercos,
como aquellos israelitas
que no quisieron obedecerlo.»

16 ¿Y quiénes fueron los que escucharon a Dios y no quisieron obedecerlo? ¡Pues todos aquellos que Moisés sacó de Egipto! 17 ¿Y con quiénes estuvo Dios enojado durante cuarenta años? ¡Pues con los que pecaron y luego cayeron muertos en el desierto! 18 ¿Y a quiénes les juró Dios que no les daría descanso en la región de Canaán? ¡Pues a los que no le obedecieron! 19 Y en verdad, no pudieron entrar en Canaán y descansar, porque no confiaron en Dios.

Footnotes:
a.Hebreos 3:1 Apóstol: Esta palabra significa enviado (véase Apóstol en el Glosario ). A Jesucristo se le llama apóstol porque fue enviado por Dios para salvar con su muerte a todos los que crean en él.
b.Hebreos 3:2 Todo su pueblo: Se refiere al pueblo de Israel y a la iglesia de Cristo.
c.Hebreos 3:11 Descansar: lit. mi reposo. Después de que Dios libró de Egipto a los israelitas, les prometió que en la región de Canaán tendrían un lugar donde vivirían en paz. El autor de la carta a los Hebreos usa la idea del descanso para referirse a la salvación que Dios ofrece por medio de Jesucristo.

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sábado, 15 de marzo de 2014

DIA 122 Hebreos 2:1-18

La salvación es importante

2 Por eso debemos poner más interés en el mensaje de salvación que hemos oído, para no apartarnos del camino que Dios nos señala. 2 Si el mensaje que anunciaron los ángeles resultó ser verdad, y quienes no lo obedecieron recibieron el castigo que merecían, 3 con más razón seremos castigados nosotros si no reconocemos el gran valor de la salvación que él nos ofrece. Porque el Señor Jesús mismo fue el primero en comunicar el mensaje de salvación, y después, los que oyeron ese mensaje nos demostraron que era verdad. 4 Dios también nos lo demostró por medio de muchas señales y de acciones maravillosas, y también con milagros. Además, cuando lo hizo, les dio el Espíritu Santo a quienes él se lo quiso dar.

Jesús nos salva

5 Dios no ha puesto a los ángeles como jefes del mundo[a] en que vamos a vivir en el futuro. En ese mundo 6 el jefe será otro. Pues la Biblia dice:

«Dios, ¿qué somos los mortales
para que pienses en nosotros
y nos tomes en cuenta?

7 »¡Nos creaste casi iguales
a los ángeles!
Nos trataste como a reyes;

8 nos diste plena autoridad
sobre todo lo que hiciste;
nos diste dominio
sobre toda tu creación».[b]

Y si Dios le dio «dominio sobre toda la creación», eso quiere decir que nada de lo creado queda fuera de su gobierno. Claro, todavía no vemos que él gobierne sobre todas las cosas. 9 Pero Dios nos ama y envió a Jesús a morir para salvarnos. Por eso, aunque Dios permitió que, por algún tiempo, Jesús fuera menos importante que los ángeles, ahora Jesús ha recibido gloria y honor.

10 Dios hizo todas las cosas para él mismo, y quiere que su gloria la compartan todos los que lo aman y obedecen. Para eso, Dios tenía que hacer perfecto a Jesucristo y dejarlo morir, pues Jesucristo es el Salvador de ellos. 11 Todos los que aman y obedecen a Dios son sus hijos, y Dios es padre de todos ellos. Y como Jesús también es Hijo de Dios, no se avergüenza de tratarlos como hermanos, 12 pues él le dijo a Dios:

«Cuando mi pueblo se junte
para adorarte en el templo,
yo les hablaré de ti,
y te cantaré alabanzas.»

13 También dice:
«Confiaré en Dios.»

Y añade:

«Aquí estoy, con los hijos
que Dios me ha dado.»

14 Nosotros somos seres de carne y hueso. Por eso Jesús se hizo igual a nosotros. Sólo así podía morir para vencer al diablo, que tenía poder para matar a hombres y a mujeres. 15 Con su muerte, Jesús dio libertad a los que se pasaban la vida con miedo a la muerte. 16 Queda claro que Jesús no vino para ayudar a los ángeles, sino a todos los descendientes de Abraham. 17 Para poder ayudarlos, tenía que hacerse igual a ellos. Por eso Jesús es un Jefe de sacerdotes en quien se puede confiar, pues está lleno de amor para servir a Dios. Además, por medio de su muerte, Jesús logró que Dios nos perdonara nuestros pecados. 18 Y como Jesús mismo sufrió, y el diablo le puso trampas para hacerlo pecar, ahora, cuando el diablo nos pone trampas, Jesús puede ayudarnos a todos.

Footnotes:
a.Hebreos 2:5 Mundo: Después del fin de este mundo viviremos en un mundo diferente, en el que Cristo reinará.
b.Hebreos 2:8 Este pasaje es una cita del salmo 8.4-6. Aunque ese salmo se refiere al ser humano, el autor de Hebreos lo refiere a Cristo.

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viernes, 14 de marzo de 2014

DIA 121 Hebreos 1:1-14

Introducción

1 Hace mucho, mucho tiempo, los profetas comunicaron el mensaje de Dios a nuestros antepasados. Lo hicieron muchas veces y de muchas maneras. 2 Pero ahora, en estos últimos tiempos, Dios nos lo ha comunicado por medio de su Hijo. Porque por medio de él Dios creó el universo, y lo hizo dueño de todas las cosas. 3 El Hijo de Dios nos muestra el poder y la grandeza de su Padre. El Hijo de Dios es igual en todo a su Padre, y con su gran poder hace que el universo siga existiendo. El Hijo de Dios logró que Dios nos perdonara nuestros pecados, y después subió al cielo para sentarse a la derecha del trono de su Padre.

El Hijo de Dios es superior a los ángeles

4 El Hijo de Dios llegó a ser superior a los ángeles, pues Dios le dio un nombre mucho más importante que el de ellos. 5 Porque nunca Dios le dijo a ningún ángel:

«Tú eres mi Hijo;
desde hoy soy tu padre.»

Tampoco dijo de ningún ángel:
«Yo seré para él como un padre,
y él será para mí como un Hijo.»

6 Y cuando Dios envió a su Hijo a este mundo, ordenó:

«Que todos mis ángeles lo adoren.»

7 Además, cuando Dios habla acerca de los ángeles, dice:

«Mis ángeles son el viento,
y mis sirvientes son relámpagos.»

8 Pero, cuando habla de su Hijo, Dios dice:

«Tu reinado durará para siempre,
y usarás tu poder en favor de la justicia.

9 Te complaces en lo bueno,
y rechazas la injusticia.
Yo te declaro mi rey favorito,
¡el rey más feliz de la tierra!»

10 Y también dice:
«Señor,
en el principio
tú afirmaste la tierra;
tú mismo hiciste los cielos,

11 pero se irán gastando,
como la ropa,
y un día los destruirás.

»Pero tú te mantendrás firme;

12 siempre serás el mismo,
y tus años no tendrán fin.»

13 Dios nunca le dijo a ningún ángel:

«Siéntate a la derecha de mi trono,
hasta que yo derrote a tus enemigos.»

14 Porque los ángeles son solamente espíritus que sirven a Dios, y él los envía para ayudar a toda la gente que Dios habrá de salvar.

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jueves, 13 de marzo de 2014

DIA 120 Hebreos 6:13-7:10

La promesa de Dios

13-14 Dios le hizo a Abraham esta promesa: «Yo te bendeciré mucho, y haré que tengas muchos descendientes.» Cuando Dios le juró a Abraham que cumpliría esta promesa, tuvo que jurar por sí mismo, porque no tenía a nadie más grande por quien jurar. 15 Abraham esperó con paciencia, y Dios cumplió su promesa.

16 Cuando alguien jura, usa el nombre de alguien más importante, para ponerlo por testigo. 17 Por eso, cuando Dios quiso asegurar que cumpliría su promesa, juró que daría lo prometido sin cambiar nada.

18 Ahora bien, como Dios no miente, su promesa y su juramento no pueden cambiar. Esto nos consuela, porque nosotros queremos que Dios nos proteja, y confiamos en que él nos dará lo prometido. 19 Esta confianza nos da plena seguridad; es como el ancla de un barco, que lo mantiene firme y quieto en el mismo lugar. Y esta confianza nos la da Jesucristo, que traspasó la cortina del templo de Dios en el cielo, y entró al lugar más sagrado. 20 Lo hizo para dejarnos libre el camino hacia Dios, pues Cristo es para siempre el Jefe de sacerdotes, como lo fue Melquisedec.

Jesús y Melquisedec

7 Melquisedec fue rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo. Cuando Abraham regresaba de una batalla, en la que había derrotado a unos reyes, Melquisedec salió a recibirlo y lo bendijo. 2 Entonces Abraham le dio a Melquisedec la décima parte de todo lo que había ganado en la batalla.

El nombre Melquisedec significa «rey justo», pero también se le llama Rey de Salem, que significa «rey de paz». 3 Nadie sabe quiénes fueron sus padres ni sus antepasados, ni tampoco cuándo o dónde nació y murió. Por eso él, como sacerdote, se parece al Hijo de Dios, que es sacerdote para siempre.

4 Ahora bien, Melquisedec era tan importante que nuestro antepasado Abraham le dio la décima parte de lo que ganó en la batalla. 5 De acuerdo con la ley de Moisés, si un sacerdote pertenece a la familia de Leví, tiene derecho a recibir la décima parte de todo lo que gana el pueblo. No importa que el sacerdote sea del mismo pueblo o familia; todos por igual tienen que dar la décima parte. 6 Y aunque Melquisedec no pertenecía a la familia de Leví, recibió la décima parte de lo que había ganado Abraham, a quien Dios le había hecho promesas.

Melquisedec bendijo a Abraham 7 y, como todos sabemos, el que bendice es más importante que el que recibe la bendición. 8 Los sacerdotes que ahora reciben la décima parte de lo que ganamos son personas que algún día morirán. Melquisedec, en cambio, sigue vivo, porque la Biblia no dice que haya muerto. 9 Por eso podemos decir que los sacerdotes de ahora, que pertenecen a la familia de Leví, también le dieron a Melquisedec la décima parte, porque Abraham actuó como su representante. 10 Esto fue así porque todos ellos son descendientes de Abraham. Aunque todavía no habían nacido cuando Abraham se encontró con Melquisedec, de alguna manera todos ellos estaban presentes en Abraham.


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miércoles, 12 de marzo de 2014

DIA 119 - 2 Pedro 3:1-18

El regreso del Señor Jesús

3 Amados hermanos en Cristo, ésta es la segunda carta que les escribo. En las dos he querido darles consejos, para que puedan pensar correctamente. 2 Recuerden el mensaje que los profetas de Dios nos dieron hace mucho tiempo. No olviden el mandamiento que nos dio nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y que los apóstoles les enseñaron a ustedes. 3 En primer lugar, tomen en cuenta que, en los últimos días, vendrán algunos que sólo pensarán en sus malos deseos. Se burlarán de ustedes 4 y les preguntarán: «¿Qué pasó con la promesa de que Jesucristo regresaría? Ya murieron nuestros padres, ¡y todo sigue igual que cuando el mundo fue creado!» 5 Esa gente no quiere darse cuenta de que, hace mucho tiempo, Dios creó los cielos y la tierra, y de que con sólo una orden separó la tierra y los mares. 6 Además, Dios usó el agua del diluvio para destruir al mundo de esa época; 7 pero, con ese mismo poder, ha dado la orden de que, en el momento indicado, los cielos y la tierra que ahora existen sean destruidos con fuego. Serán quemados el día en que Dios juzgue a todos y destruya a los que hacen el mal.

8 Además, hermanos míos, no olviden que, para el Señor, un día es como mil años, y mil años son como un día. 9 No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle.

10 Pero cuando el Señor Jesús regrese, vendrá como cuando un ladrón entra en una casa a robar. En ese día, los cielos desaparecerán en medio de un ruido espantoso, las estrellas serán destruidas por el fuego, y la tierra y todo lo que hay en ella desaparecerán.

11 Ya que todo será destruido de esa manera, ustedes deben obedecer sólo a Dios, hacer el bien, 12 y esperar con ansias el día en que Dios juzgará a todo el mundo. Ese día, el fuego destruirá los cielos y derretirá las estrellas. 13 Pero nosotros esperamos el cielo nuevo y la tierra nueva que Dios ha prometido, donde todo será bueno y justo.

14 Por eso, queridos amigos, mientras esperan que esto suceda, hagan todo lo posible por estar en paz con Dios, y porque él los encuentre sin pecado. 15 Recuerden que nuestro Señor Jesucristo nos trata con paciencia, para que podamos ser salvos. Ya nuestro querido compañero Pablo les ha escrito acerca de esto, y fue Dios mismo quien se lo explicó. 16 En todas sus cartas Pablo les ha hablado de esto, aunque algo de lo que dice en ellas no es fácil de entender. Por eso no las entienden la gente ignorante ni los que no confían en Cristo, y luego las explican mal. Lo mismo hacen con toda la Biblia, y por eso Dios los castigará.

Conclusión

17 Queridos amigos, con esto quedan advertidos. Así que cuídense mucho, no sea que los engañe la gente malvada y ustedes dejen de creer firmemente en Dios. 18 Mejor dejen que el amor y el conocimiento, que nos da nuestro Señor y Salvador Jesucristo, los ayude a ser cada vez mejores cristianos.

¡Alabemos a Jesucristo ahora y siempre! Amén.


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martes, 11 de marzo de 2014

DIA 118 -2 Pedro 1:1-21

Saludo

1 Yo, Simón Pedro, estoy al servicio de Jesucristo, quien me envió a anunciar su mensaje. Reciban mis saludos. Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, ha sido justo y bueno con todos ustedes, pues los hizo confiar en él, como nos hizo confiar a nosotros.

2 Le pido a Dios que los ame mucho y les permita vivir en paz, y que ustedes estén siempre dispuestos a conocer más a Dios y a nuestro Señor Jesús.

Vivir como Dios quiere

3 Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos, y para que vivamos como él quiere. Dios nos dio todo eso cuando nos hizo conocer a Jesucristo. Por medio de él, nos eligió para que seamos parte de su reino maravilloso. 4 Además, nos ha dado todas las cosas importantes y valiosas que nos prometió. Por medio de ellas, ustedes podrán ser como Dios y no como la gente pecadora de este mundo, porque los malos deseos de esa gente destruyen a los demás.

5 Por eso, mi consejo es que pongan todo su empeño en:

Afirmar su confianza en Dios,
esforzarse por hacer el bien,
procurar conocer mejor a Dios,

6 y dominar sus malos deseos.
Además, deben ser pacientes,
entregar su vida a Dios,

7 estimar a sus hermanos en Cristo
y, sobre todo,
amar a todos por igual.

8 Si ustedes conocen a Jesucristo, harán todo eso, y tratarán de hacerlo cada vez mejor. Así, vivirán haciendo el bien. 9 Pero quien no lo hace así es como si estuviera ciego, y olvida que Dios le ha perdonado todo lo malo que hizo. 10 Hermanos, Dios los ha elegido para formar parte de su pueblo, y si quieren serlo para siempre, deben esforzarse más por hacer todo esto. De ese modo, nunca fracasarán en su vida cristiana, 11 y Dios, con gusto, les dará la bienvenida en el reino de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien reina para siempre.

La verdadera enseñanza

12 Por eso yo les seguiré recordando siempre todo esto, aun cuando ya lo saben y siguen creyendo en la verdad que les enseñaron. 13 Mientras yo viva, creo que es mi deber recordarles todo esto. 14 Nuestro Señor Jesucristo me ha permitido saber que pronto moriré; 15 pero yo haré todo lo posible para que ustedes recuerden estos consejos aun después de mi muerte.

16 Cuando les enseñábamos acerca del poder de nuestro Señor Jesucristo y de su regreso, no estábamos inventando una historia, sino que con nuestros propios ojos vimos el gran poder de nuestro Señor. 17-18 Nosotros estábamos allí cuando Dios el Padre trató a Jesús con mucho honor y mostró lo maravilloso que es él. Y allí mismo, en la montaña sagrada, oímos cuando nuestro grande y maravilloso Dios dijo: «Éste es mi Hijo. Yo lo amo mucho y estoy muy contento con él.»

19 Por eso estoy completamente seguro de que el mensaje de Dios que anunciaron los profetas es la verdad. Por favor, préstenle atención a ese mensaje, pues les dirá cómo vivir hasta el día en que Cristo vuelva y cambie sus vidas. 20 Pero, antes que nada, deben saber que ninguna enseñanza de la Biblia se puede explicar como uno quisiera. 21 Ningún profeta habló por su propia cuenta. Al contrario, todos ellos hablaron de parte de Dios y fueron guiados por el Espíritu Santo.


Traducción en lenguaje actual (TLA)
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lunes, 10 de marzo de 2014

DIA 117 - 1 Pedro 5:1-14

Los líderes de la iglesia

5 Quiero darles un consejo a los líderes de la iglesia. Yo también soy líder como ellos, y soy testigo de cómo sufrió Cristo. Además, cuando Cristo regrese y muestre lo maravilloso que es él, disfrutaré de parte de su gloria. Mi consejo es el siguiente: 2 Cuiden ustedes de las personas que Dios dejó a su cargo, pues ellas pertenecen a Dios. Cuídenlas, como cuida el pastor a sus ovejas. Háganlo por el gusto de servir, que es lo que a Dios le agrada, y no por obligación ni para ganar dinero. 3 No traten a los que Dios les encargó como si ustedes fueran sus amos; más bien, procuren ser un ejemplo para ellos. 4 Así, cuando regrese Cristo, que es el Pastor principal, ustedes recibirán un maravilloso premio que durará para siempre.

Los miembros de la iglesia

5 Del mismo modo ustedes, los jóvenes, deben obedecer la autoridad de los líderes de la iglesia. Todos deben tratarse con humildad, pues la Biblia dice:

«Dios se opone a los orgullosos,
pero brinda su ayuda a los humildes.»

6 Por eso, sean humildes y acepten la autoridad de Dios, pues él es poderoso. Cuando llegue el momento oportuno, Dios los tratará como a gente importante. 7 Así que pongan sus preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ustedes.

8 Estén siempre atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo, el diablo, anda buscando a quien destruir. ¡Hasta parece un león hambriento! 9 Resistan los ataques del diablo; confíen siempre en Dios y nunca duden de él. Ya saben que en todo el mundo otros seguidores de Cristo están sufriendo como ustedes. 10 Pero después de que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios hará que todo vuelva a estar bien y que ustedes nunca dejen de confiar en él; les dará fuerzas para que no se desanimen, y hará que siempre estén seguros de lo que creen. Recuerden que Dios nos ha elegido por medio de Jesucristo, para que formemos parte de su maravilloso reino. 11 ¡Que Dios reine con poder para siempre! Amén.

Despedida

12 Silvano me ha ayudado a escribirles esta breve carta. Yo lo considero un fiel seguidor de Cristo, y alguien en quien se puede confiar.

Les he escrito para darles consejos, y para asegurarles que todo lo bueno que Dios les ha dado demuestra que él los ama mucho. ¡Nunca duden del amor de Dios!

13 Los seguidores de Cristo que están en la ciudad de Roma les mandan saludos. Ellos, igual que ustedes, forman parte del pueblo que Dios ha elegido. También les manda saludos Marcos, a quien quiero como a un hijo.

14 Salúdense unos a otros con un beso de hermanos.

Le pido a Dios que les dé paz a todos ustedes, los que pertenecen a Cristo.


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viernes, 7 de marzo de 2014

DIA 116 - 1 Pedro 4:1-19

Vivir como Dios quiere

4 Ustedes deben estar dispuestos a sufrir, así como Cristo sufrió mientras estuvo aquí en la tierra. Si ustedes sufren como Cristo, ya no seguirán pecando. 2 Eso demostrará que han dejado de seguir sus malos deseos, y que dedicarán el resto de su vida a hacer lo que Dios quiere. 3 Por mucho tiempo ustedes vivieron haciendo lo mismo que hacen los que no creen en Dios. Tenían vicios y malos deseos, se emborrachaban, participaban en fiestas escandalosas y, lo más terrible de todo, adoraban ídolos. 4 Pero como ustedes ya no se juntan con ellos, ahora ellos hablan mal de ustedes. 5 ¡Pero ya tendrán que darle cuentas a Dios, el Juez que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos! 6 Para eso anunció Cristo la buena noticia, aun a los muertos: para que después de que Dios los juzgue por lo que hicieron en vida, sus espíritus puedan vivir con Dios.

El servicio a los demás

7 Ya se acerca el fin del mundo. Por eso, sean responsables y cuidadosos en la oración.

8 Sobre todo, ámense mucho unos a otros, porque el amor borra los pecados.

9 Reciban en su casa a los demás, y no hablen mal de ellos, sino hagan que se sientan bienvenidos.

10 Cada uno de ustedes ha recibido de Dios alguna capacidad especial. Úsela bien en el servicio a los demás. 11 Si alguno sabe hablar bien, que anuncie el mensaje de Dios. Si alguno sabe cómo ayudar a los demás, que lo haga con la fuerza que Dios le da para hacerlo. De este modo, todo lo que ustedes hagan servirá para que los demás alaben a Dios por medio de Jesucristo, que es maravilloso y poderoso para siempre. Amén.

El sufrimiento del cristiano

12 Queridos hermanos en Cristo, no se sorprendan si tienen que afrontar problemas que pongan a prueba su confianza en Dios. Eso no es nada extraño. 13 Al contrario, alégrense de poder sufrir como Cristo sufrió, para que también se alegren cuando Cristo regrese y muestre su gloria y su poder.

14 Si alguien los insulta por confiar en Cristo, consideren ese insulto como una bendición de Dios. Eso significa que el maravilloso Espíritu de Dios está siempre con ustedes. 15 Si alguno de ustedes sufre, que no sea por ser asesino, ladrón o bandido, ni por meterse en asuntos ajenos. 16 Si alguno sufre por ser cristiano, no debe sentir vergüenza, sino darle gracias a Dios por ser cristiano.

17 Ha llegado ya el momento de que Dios juzgue a todos, y de que empiece por juzgar a su propio pueblo. Y si empieza por nosotros y nos hace sufrir así, ¡imagínense lo que les espera a los que no obedecen la palabra de Dios! 18 Y si con dificultad se salvan los que hacen el bien, ¡ya se pueden imaginar lo que les pasará a los malvados y a los pecadores! 19 Por eso, los que sufren porque Dios así lo quiere, deben seguir haciendo el bien y dejar que Dios los cuide, pues él es su creador y cumple lo que promete.


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jueves, 6 de marzo de 2014

DIA 115 1 Pedro 3:8-22

Deberes cristianos

8 En fin, todos ustedes deben vivir en armonía y amarse unos a otros. Pónganse de acuerdo en todo, para que permanezcan unidos. Sean buenos y humildes. 9 Si alguien les hace algo malo, no hagan ustedes lo mismo; si alguien los insulta, no contesten con otro insulto. Al contrario, pídanle a Dios que bendiga a esas personas, pues él los eligió a ustedes para que reciban bendición. 10 Porque, como dice la Biblia:

«Los que de todo corazón
deseen vivir y ser felices,
deben cuidarse de no mentir
y de no hablar mal de otros;

11 deben hacer el bien,
dejar de hacer el mal
y vivir en paz con todos.

12 »Porque el Señor cuida
a los que hacen el bien,
escucha sus oraciones
y está en contra del malvado.»

13 ¿Quién puede hacerles mal, si ustedes siempre insisten en hacer el bien? ¡Nadie! 14 Pero si hacen el bien, y aún así tienen que sufrir, Dios los bendecirá. No le tengan miedo a nadie, ni se asusten. 15 Honren a Cristo como Señor, y estén siempre dispuestos a explicarle a la gente por qué ustedes confían en Cristo y en sus promesas. 16 Pero háganlo con amabilidad y respeto. Pórtense bien, como buenos seguidores de Cristo, para que los que hablan mal de la buena conducta de ustedes sientan vergüenza de lo que dicen.

17 Si Dios así lo quiere, es mejor que sufran por hacer el bien que por hacer el mal. 18 Porque Cristo murió una vez y para siempre para perdonarnos nuestros pecados. Él era bueno e inocente, y sufrió por los pecadores, para que ustedes pudieran ser amigos de Dios. Los que mataron a Cristo destruyeron su cuerpo, pero él resucitó para vivir como espíritu. 19 De este modo, fue a anunciar su victoria a los espíritus que estaban presos. 20 Eran los espíritus de los que desobedecieron a Dios en los tiempos de Noé. Dios esperó con paciencia a que se arrepintieran, mientras Noé construía la barca, pero no lo hicieron. Sólo unos pocos subieron a la barca y se salvaron del diluvio, pues el agua misma llevó a esas ocho personas a lugar seguro. 21 Y esa agua representaba a la que ahora usamos para el bautismo, por medio del cual Dios nos salva. El bautismo verdadero no es para limpiar nuestro cuerpo, sino para pedirle a Dios que nos limpie de pecado, para que no nos sintamos culpables de nada. Y Dios nos salva por medio del bautismo porque Jesucristo resucitó, 22 subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios, en el lugar más importante, y gobierna a todos los ángeles y a todos los seres espirituales que tienen autoridad y poder.


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martes, 4 de marzo de 2014

DIA 114 1 Pedro 2:1-25

2 Por lo tanto, dejen de hacer lo malo. No se digan mentiras, no sean hipócritas, no sean envidiosos ni chismosos. 2 Más bien, busquen todo lo que sea bueno y que ayude a su espíritu, así como los niños recién nacidos buscan ansiosos la leche de su madre. Si lo hacen así, serán mejores cristianos y Dios los salvará, 3 pues ustedes han comprobado que el Señor es bueno.

El nuevo pueblo de Dios

4-5 Ustedes son piedras vivas que Dios está usando para construir un templo espiritual. Por lo tanto, acérquense a Jesucristo, pues él es la piedra viva que la gente despreció, pero que Dios eligió como la piedra más valiosa. Además, ustedes son sacerdotes especiales, y por medio de Jesucristo le ofrecerán a Dios los sacrificios que a él le agradan. 6 Pues Dios dice en la Biblia:

«Yo seré para Jerusalén
una piedra valiosa y escogida.
Seré la piedra principal,
y serviré de base al edificio.

»El que confíe en mí
jamás será engañado.»

7 Ustedes creen en Dios, y por eso consideran que esa piedra es muy valiosa. Pero a los que no creen, les sucede lo que dice la Biblia:

«La piedra que rechazaron
los constructores del templo
es ahora la piedra principal.»

8 Y también:

«Ésta es la piedra
por la que muchos caerán;
muchos tropezarán en esta roca.»

¡Eso es lo que se merecen! ¡Tropezarán por no aceptar el mensaje de Jesucristo!

9 Pero ustedes son miembros de la familia de Dios, son sacerdotes al servicio del Rey, y son su pueblo. Dios mismo los sacó de la oscuridad del pecado, y los hizo entrar en su luz maravillosa. Por eso, anuncien las maravillas que Dios ha hecho.

10 Antes, ustedes no eran nada,
pero ahora son el pueblo de Dios.
Antes, Dios no les tenía compasión,
pero ahora los ama mucho.

El buen ejemplo

11 Amados hermanos en Cristo, les hablo como si ustedes fueran extranjeros y estuvieran de paso por este mundo. No hagan nada que obedezca a sus malos deseos, pues esos deseos los llevarán a la perdición.

12 Pórtense bien cuando estén con gente que no cree en Dios. Así, aunque ahora esa gente hable mal de ustedes, como si fueran unos malvados, luego verá el bien que ustedes hacen, y alabará a Dios el día en que él les pida cuentas a todos.

El respeto a las autoridades

13 Para que nadie hable mal de nuestro Señor Jesucristo, obedezcan a todas las autoridades del gobierno. Obedezcan al emperador romano, pues él tiene la máxima autoridad en el imperio. 14 Obedezcan también a los gobernantes. El emperador los ha puesto para castigar a los que hacen lo malo, y para premiar a los que hacen lo bueno. 15 Dios quiere que ustedes hagan el bien, para que la gente ignorante y tonta no tenga nada que decir en contra de ustedes.

16 Ustedes son libres porque son servidores de Dios. Pero no crean que por ser libres pueden hacer lo malo. 17 Respeten a todos, y amen de manera especial a los miembros de la iglesia. Honren a Dios y respeten al emperador romano.

Responsabilidades de los esclavos

18 A los esclavos y a las esclavas les mando que obedezcan a sus amos y que los respeten. Pero no sólo a los que son buenos y comprensivos, sino también a los que son malos. 19 Dios bendice a los que, por ser fieles a él, sufren injustamente y soportan el sufrimiento. 20 Si alguno es castigado por hacer algo malo, y soporta con paciencia el castigo, no está haciendo nada extraordinario. Pero si uno sufre y soporta el sufrimiento por haber hecho algo bueno, Dios lo bendecirá.

21 Si acaso sufren injustamente, recuerden que Dios les ha ordenado sufrir con paciencia. Y en eso Cristo les ha dado el ejemplo, para que hagan lo mismo, pues él sufrió por ustedes. 22 Cristo no pecó nunca, y jamás engañó a nadie. 23 Cuando lo insultaban, jamás contestaba con insultos, y jamás amenazó a quienes lo hicieron sufrir. Más bien, dejó que Dios lo cuidara y se encargara de todo, pues Dios juzga a todos con justicia. 24 Cristo hizo suyos nuestros pecados, y por eso murió en la cruz. Lo hizo para que nosotros dejemos por completo de hacer el mal, y vivamos haciendo el bien. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados. 25 Antes, ustedes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han regresado a Cristo, que es como un pastor que los cuida y los protege.

Traducción en lenguaje actual (TLA)
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